Según la wikipedia la suposición es la realización de conjeturas sobre alguna cosa (hechos, causas que la han originado, entre otras), porque se conocen indicios de dicha situación o esta situación ha ocurrido antes.
Falso, las suposiciones son la escusa que tenemos los humanos para recurrir a lo que pensamos que tiene lógica y por lo tanto nos hacen confiar. Pero tras esa capa falsa de confianza suele aparecer la cruda realidad, justo en el momento más inoportuno.
Por ejemplo, ahora contare tres casos de mi vida (ya muy contados a algunas personas) en los que supuse algo y tope con la cruda realidad
1º Caso - El pequeño Pape (5 años) era un verano como cualquier otro, disfrutaba de la comida en familia, allí estaban mis padres, mi hermano, mi abuela y algunos vecinos con los que siempre nos hemos llevado bien y algunas veces solíamos comer juntos o en el caso de que mis padres tuvieran algo que hacer yo me quedaba en casa de algún vecino, eramos todos como una familia (de hecho seguimos siendolo).
Al terminar de comer me dio por querer bajar a la playa a nadar un rato y me contestaron lo típico, que esperara las dos horas que si los cortes de digestión (lo de siempre). Pero al final me salí con la mía. Supuse que por bajar a la playa a nadar en la orilla no pasaría nada (craso error).
Aquella colchoneta era una cuarta parte de mi pequeño cuerpo, recuerdo que solo cabía mi cabeza y un brazo, además la colchoneta tenía una parte transparente para que pudieras ver lo que tenías debajo y en la orilla habían peces muy pequeños. Todo aquello junto al hecho de haber acabado de comer y el calorcillo del verano me dio una sensación de bienestar increíble.
Lo siguiente que recuerdo fue caer de la colchoneta y golpearme en la cara con las conchas de la orilla (no fue un buen despertar), pero lejos de quejarme del golpe lo que más me sorprendió fue el hecho de que no reconocía el lugar.
Al final resultó que la marea me había tragado y posteriormente escupido en otra playa a unos tantos kilómetros. Por suerte para mi, delante de una caseta de la cruz roja y al entrar a decir que me había perdido se sorprendieron de que estuviera allí pues me estaban buscando la policía y la cruz roja en unas 4 o 5 playas
2º Caso - El jovenzuelo Pape (9 años) celebrando la pascua como lo celebrábamos en aquellos tiempos, mis padres quedaban con sus amigos e íbamos a una vieja casa de campo y allí en mitad de la nada lo pasábamos bien. Cuando terminabamos de comer mis padres y sus amigos charlaban, jugaban a cartas y bebían (sobretodo bebían) y los niños hacíamos el gamba.
Un día nos dio por montar unas cometas bastante malillas que teníamos y probar a hacerlas volar. Tras unos minutos montándolas nos dispusimos a volarlas y al primer intento, caminando de espaldas me tropecé y caí. Por desgracia detrás de mi cuerpo no había suelo. había un desnivel y un canal de agua para regar los campos de un metro y algo. Mientras caía supuse que Habría agua y me mojaria, volví a fallar. No era temporada de riego y la canal estaba vacía así que me golpee la cabeza contra una esquina de piedra. Así que me llevaron al hospital donde ,volví a suponer, que me vendarían la cabeza. Pero en lugar de ello me metieron en una sala y me cosieron la mitad de la cabeza. Pero aquel golpe me dejó exhausto así que no sentí en ningún momento la aguja.
Al acabar de coser me dijo el doctor "alaa.. que valiente, no has llorado ni gritado" y yo le conteste "me da más miedo esa enorme aguja que me está mostrando la enfermera", una aguja que supuse (por tercera vez en un día) que sería para el brazo.
Como ya era costumbre, volví a fallar. Me giraron e intentaron pincharme en el trasero, hazaña que lograron al fin porque todo lo que no había montado mientras me cosían lo monte con la aguja.
Por mucho que suene doloroso o cruel, entre que no sentí dolor y que se dedicaron a reírse para suavizar el momento, lo recuerdo como una anécdota. (de todas, en la que más supuse y en la que más fallé)
3º Caso - El adolescente Pape (18 tacos) era el primer salón del manga al que fui, el hotel donde reservamos estaba situado en un pequeño callejón en una zona muy tranquila. La mañana que nos levantamos para ir al salón mis compañeros se fueron a desayunar y yo me dedique a darme una ducha. El problema vino cuando salí de la ducha y en el cuarto de baño no había toalla. Abrí la puerta y observe que el armario de las toallas se encontraba al final del pasillo.
El pasillo tenía a su izquierda un par de habitaciones, al fondo el armario de las toallas y a la derecha un gran ventanal que daba al edificio antiguo situado delante. En ese momento y sin toallas me vino a la cabeza que no había nadie así que supuse que podría salir sin problemas.
Cuando empecé a caminar escuchaba mucha gente y luego el silencio absoluto, gire la cabeza a mi derecha y allí había una mesa enorme con toda una familia comiendo. El lado más cercano a mi ventana era donde estaba el cabeza de familia, curiosamente en pie y realizando un brindis, así que todos se quedaron mirando y lo único que pude hacer fue recurrir a la eduación y decir "que aproveche" sin pensar lo mal que sonaba en aquel momento...
El tercer punto es el más curioso, es uno de los de mi lista de situaciones extrañas. Como aquella vez que me perdí en un mcdonalds (si si... como suena, pero tiene truco, nadie está tan mal)